La crisis de la bolsa francesa: cómo afectará el COVID-19 al ahorro de los ciudadanos
La infección por coronavirus ha traído muchos problemas no solo a la sanidad mundial, sino también a la economía. Los países con la propagación más rápida de COVID-19, por supuesto, fueron los que más sufrieron. Francia, por desgracia, está entre ellos. Y la crisis bursátil de 2020 ya ha superado los indicadores del lunes negro de 1987. Además, el colapso de los mercados debido al coronavirus afectará a la parte personal de los ahorros de los franceses de a pie, que los invirtieron en seguros de vida colectivos. ¿Qué pasará con los depósitos de los franceses y la economía del país?
Tendencias generales del mercado de valores
Por primera vez en la historia, una crisis sanitaria ha hecho colapsar la Bolsa y ha provocado consecuencias tan negativas en el mundo financiero. En un mes, el CAC 40, el índice bursátil más importante de Francia, cayó un 37% desde su valor más alto. Incluso antes de la pandemia, la Bolsa francesa ya había experimentado una recesión. Incluso después del relativo éxito de la oferta pública inicial de Franceses de Gé, el operador nacional de juegos de lotería, en noviembre de 2019, el número de sus accionistas superaba ligeramente los 3 millones. Aunque en 2006, esta cifra alcanzaba los 7 millones de personas. Las carteras de acciones de los depositantes individuales perdieron entre el 20% y el 40% de sus beneficios desde principios de año. La caída total de las bolsas, a su vez, afectará a la parte personal de los ahorros franceses que invirtieron a través de seguros de vida compartidos. ¡Y eso, por un minuto, son 1.789 millones de euros de pagos!
La mayor inversión del pueblo francés
De agosto a diciembre de 2019, los franceses que apuestan por los seguros de vida compartidos han optado por invertir en distintos tipos de fondos. Según los datos de la Federación Francesa de Comunidades de Aseguradores, el volumen de inversión en fondos ascendió a casi el 35% de la cuota total. Este crecimiento se debe también a los llamamientos de las aseguradoras y los banqueros a invertir en este ámbito concreto. Estos, a su vez, se han guiado por los bajos tipos de interés, que afectan a los ingresos del fondo.
En cuanto el mercado se desplomó, los inversores que habían invertido recientemente en los medios de comunicación se vieron tentados a reorientarse hacia productos y empresas con capital garantizado, por ejemplo, en fondos europeos. Semejante medida permitiría capitalizar los intereses que recibían anualmente. Pero si la crisis se prolonga durante mucho tiempo, ningún sector está a salvo de que la gente empiece a recuperar parte o incluso la totalidad de sus ahorros. Esta salida de capitales debilitaría sin duda a las aseguradoras. Sin embargo, los franceses no tienen prisa por tomar medidas con sus propios ahorros. Las empresas de inversión reconocen que sus inversores están más preocupados por su propia salud que por su bienestar. No se trata de un pánico como el que se produjo en 1987, por ejemplo.
Si no fuera por la crisis mundial, la economía francesa podría seguir aumentando el llamado ahorro preventivo. El pasado otoño, el importe depositado en cuentas corrientes o en efectivo alcanzó los 603.800 millones de euros, cuando hace diez años esa cifra era casi el doble, según el Banco de Francia. Y el saldo pendiente en la libreta de ahorros en enero superó los 300.000 millones de euros, lo que también supone un nivel récord. Todo ello repercute en la caída de los índices bursátiles.
La crisis económica francesa
El Instituto Nacional de Estadística y de Exploración Económica (INSEE), dirigido por su director general Jean-Luc Taveneux, afirma en un informe que la actividad económica del estado ha caído un 35%. Aunque admite que no es del todo correcto dar estimaciones de lo que está sucediendo, ya que serían "ridículas" en la situación actual, no hay cifras iniciales exactas que puedan servir como base objetiva para los cálculos. Y la información publicada es aún más pesimista que la que podrían proporcionar otras instituciones de previsión. Dos meses de cuarentena para Francia causarán daños sin precedentes: se prevé una pérdida de 24 puntos del PIB trimestral y de 6 puntos del anual.
El Banco Central de Francia ha publicado sus propias estadísticas: el PIB del país en el primer trimestre cayó hasta un 6%. Este es el peor indicador del país desde la Segunda Guerra Mundial. Según las estimaciones del Banco Central, cada dos semanas de cuarentena cuestan alrededor del 1,5% del PIB y el 1% del déficit público de Francia. El coronavirus ha afectado sobre todo al comercio, el transporte, la hostelería y la restauración. En conjunto, todos estos sectores representan alrededor del 55% del PIB francés. Y hoy, los franceses han empezado a ahorrar de forma significativa: su gasto se ha reducido un 35%. Además, un tercio de los residentes sigue recibiendo prestaciones por desempleo y otro tercio trabaja a distancia. Con el cierre de las tiendas, la demanda de ropa y vehículos se ha reducido casi a cero. Y la capacidad de producción del país solo se utiliza a la mitad.
El coronavirus y el sector inmobiliario francés
A pesar de que los indicadores económicos de todos los sectores se están deteriorando drásticamente, el sector inmobiliario, que es uno de los nichos más estables, sigue "a flote" en la actualidad. En los últimos años, muchas aseguradoras han ofrecido a sus clientes de seguros de acciones invertir en empresas de inversión inmobiliaria civil (SCPI). Se trata de una gran alternativa a los fondos europeos y con una mayor rentabilidad. Los inversores llevan los activos a la sociedad gestora de SCPI. Esta sociedad, a su vez, compra los inmuebles arrendados, luego los fondos que se recaudan del arrendamiento y luego distribuye el importe de los dividendos a los depositantes sobre las acciones que poseen.
8.600 millones de euros es la cifra récord de inversiones en seguros de vida que recibió el sector inmobiliario y de la construcción en 2019. Pero hoy en día, los expertos, en particular Jean-Luc Tavernier, no recomiendan hacer depósitos en la “piedra”, ya que las empresas se centran principalmente en centros comerciales y oficinas. Por eso, el coronavirus puede socavar gravemente la estabilidad del nicho.
Aunque Frederic Puzin, presidente de una de estas empresas, dijo que en este momento solo el 6% de sus inquilinos manifestaron tener dificultades para pagar y pidieron un aplazamiento de entre 2 y 4 meses. Si este tipo de interés oscilara en el nivel del 20%, la rentabilidad de la empresa disminuiría del 6% previsto al 4,6-4,5%. Otros SCPI que ya han caído por debajo del 4% pueden encontrarse en una situación mucho más tensa.